
La Fundación
Autismo Dejando Huella nació del amor incondicional de una madre por su hija y del deseo de cambiar la vida de otros en situaciones similares. Andreina, al ver las dificultades que enfrentaba su hija en un mundo que muchas veces no comprende ni acoge a las personas con autismo, decidió tomar acción. Así, con determinación y un corazón lleno de esperanza, fundó "Autismo Dejando Huella".
Hoy, la fundación trabaja incansablemente para proporcionar apoyo, recursos y un sentido de comunidad a los más de 100 adultos con autismo que atiende y sus familias. Este esfuerzo se refleja en cada aspecto de nuestra marca de vinos, que se ha convertido en un símbolo de nuestra misión.